aprende a meditar y a alcanzar la atención plena

Hoy en día es muy común escuchar la importancia de la meditación en nuestra vida, en un ritmo de vida convulso y ajetreado. Escuchamos además el hecho de traer nuestra atención plena al presente, de no dejarnos llevar por el pasado y el futuro incierto…

Cuando nos hablan de meditación nuestra mente recurre al condicionante educativo y nos imaginamos por lo general un yogui en lo alto de un monte aislado de toda sociedad. Un monje de cabeza rapada sentado en un templo, o una monja tocando campanas vestida con túnica.

O hippies de las Alpujarras que viven en comunas lanzando flores al amanecer, que en mi opinión, no está nada mal y a más de una persona le vendría bien dejarse llevar por este espíritu.

No podemos evitarlo por ahora, la palabra “meditación” trae una carga educativa y condicionante que se trasluce en etiquetas hacia lo desconocido.

Cuando algunos científicos y doctores de mentes abiertas se arriesgaron a introducir la meditación en los sistemas oficiales de salud hace más de 30 años, al principio seguramente se reirían de ellos. Ya en EEUU para no despertar mayor desconfianza le pusieron el nombre de “atención plena” y consiguieron, investigando y sobre todo experimentando, ganarse una buena reputación.

Hay que dejar claro que las técnicas de atención plena más occidentalizadas están basadas en las tradiciones budistas, pero no queda la tradición en sí misma, pero sí el componente meditativo.

Un concepto u otro implican a la persona a estar presente, en el momento, sin distracciones. Implica tener la mente en su estado natural de consciencia, libre de cualquier pensamiento parcial o prejuicioso. Suena muy bien ¿no te parece? Es prácticamente lo opuesto a cómo vivimos nuestras vidas, y quien diga lo contrario, tal vez no está siendo sincero o sincera consigo mismo o consigo misma. Constantemente estamos atrapados por pensamientos y sentimientos, criticando, juzgando a los demás y a nosotros/as mismas. Cuando nos vemos encadenados/as por todas estas pequeñas cosas es cuando surgen los errores.

Eso al menos es lo que me ocurría a mí, lo que yo podía experimentar. Esos errores nos afectan a todo, a nuestro mundo profesional, a las relaciones con los demás, a nuestra cuenta bancaria…a todo. Seguramente alguna anécdota te ronda la cabeza por tener la atención donde no debías, piensa un poco que seguro que aparece y tal vez hasta te rías.

atención plena en la meditación

Momento Presente en la meditación

La atención plena, el acto de meditar, es estar con nuestra mente en el presente. Estar en el momento para poder experimentar la vida tal y como va sucediendo, en lugar de estar la mente atrapada en el pensamiento.

No se trata en sí mismo de un estado mental temporal, es un paso hacia atrás para que la mente descanse en su estado natural, libre del caos. Imagina el poder deshacerte de toda esa mochila cargada de historias, discusiones, juicios, planes de futuro, que ocupan tanto espacio. Eso significa estar con la mente atenta.

Pero después de una vida entera de estar perdido o perdida con tu mente en mil sitios ahora necesitas de unas condiciones y condicionantes que nos permitan aprender a dar ese paso atrás para poder observar. Aquí aparece la meditación. No es nada místico o sí, pero sin tenerle miedo ni prejuicios a ese concepto. La meditación es la forma, la técnica, el método que proporciona las condiciones óptimas para la práctica de la atención plena.

Seguramente has podido sentirlo en muchas ocasiones, por ejemplo algún día en la montaña, montando en bicicleta, escuchando una canción, contemplando una puesta de sol. El problema es lo que ya comentaba con anterioridad, que es inestable y temporal, con lo que no experimentamos de forma frecuente.

Pero te puedo asegurar que si decides sentarte a meditar cada día, incluso si es solamente unos minutos esa sensación de estar en el momento, de estar alerta se vuelve cada vez más familiar y es cuando resulta muy fácil mantenerte así en un continuo.

Diez minutos de meditación al día

Simplemente diez minutitos de meditación al día te darán una actitud mental muy diferente.

Como todo aquello que te pones a aprender desde un principio, es costoso, pero debes de rodearte de los mejores condicionantes a tu alrededor. Cuando ya hayas aprendido a tener la atención plena en el presente seguramente aun así, quieras seguir meditando, por mejorar y simplemente por darte el gustazo de disfrutar con ese espacio mental, para darte cuenta de lo que ocurre a tu alrededor. Si quieres profundizar en el concepto de espacio mental te llevamos a este otro artículo.

A veces escucho a la gente, a mis alumnos o alumnas, es que no tengo tiempo de meditar, es muy costoso buscar unos minutos para ello, con el trabajo, los niños…es que me estreso y no puedo parar…

Se puede convertir en algo mucho más accesible  si entrenamos y cultivamos nuestra mente donde nos encontremos, siendo más compatible con nuestra forma de vida.

Tienes muchas técnicas de meditación donde elegir y poder adaptarla a tu agenda, aunque lo suficientemente eficientes para que te sirvan.

Seguramente meditadores o meditadoras con mucha experiencia pueden sorprenderse u horrorizarse al ver meditaciones que duran solamente 10 minutos, yo misma al principio pensaba así pero hay que ser comprensivo/a y compasivo/a y aceptar, aunque suene a comida prefabricada vs comida casera. Pero lo más importante es la intención del entrenamiento mental y comprobarás que la idea de poco y constante tiene mucho sentido.

Hay que ser flexibles, adaptables y receptivos en la meditación, y muchas veces es mejor poco tiempo pero aprovechado, que sentar a una persona principiante durante una hora y que empiece a aborrecer la meditación y se encuentre incómodo/a y no deje de moverse. Hoy en día hay estudios científicos y evidencias suficientes como para saber que 10 minutos son importantes.

Más vale meditación corta, regular y diaria que nada en absoluto. Así que ya lo sabes, elige tu espacio y la hora y alguna de las meditaciones guiadas que tienes en esta web y ponte a meditar 😉

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