Todavía seguimos en primavera, aunque las temperaturas indiquen lo contrario, y podemos aún limpiar nuestro cuerpo de toxinas y desechos del invierno. Se consigue descansando de los alimentos un tiempo y bebiendo zumos de verduras y frutas. Es importante este proceso de limpieza para prevenir enfermedades y hacer de nuestro sistema inmune uno fuerte y resistente.
Un buen ejemplo es considerar nuestro cuerpo como el mantenimiento de los automóviles: si no los ponemos a punto, no los limpiamos y hacemos revisión posiblemente se estropeen con frecuencia.
Lo mismo pasa con nuestro cuerpo, que es la máquina más perfecta de la Madre Tierra, hoy en día con todo lo que comemos manufacturado, procesado y ya mismo nos lo dan masticado…pues imagínate la importancia de esa limpieza interna.
El ayuno ha sido utilizado durante toda la historia de nuestras vidas por grandes razones. Hipócrates, por ejemplo empleaba el ayuno en la nutrición: “el alimento es la mejor medicina”.
Todas las culturas y religiones han contado con el ayuno como parte importante de sus bases filosóficas para obtener claridad mental. Cuidado que no me refiero a ayunos descontrolados y meros “dejar de comer porque sí”. El ayuno debe de estar controlado en todo momento y no hacerlo por bajar peso ni nada por el estilo, el ayuno en muchas ocasiones no te hace adelgazar, aunque este es otro tema aunque relacionado.
La medicina natural tanto como la convencional coincide en que las limpiezas deben de hacerse en primavera, como mejor época, ya que es una transición de cambio y despertar.
Puedes planificarte tu limpieza de muchas formas, como por ejemplo, tomar solo líquidos en un día a la semana o durante un período de tres días en un mes; de este modo alargarás, mejorarás y disfrutarás de la vida mucho más.
Quienes deseen llevar a cabo un largo período de limpieza a base de líquidos, o padezcan enfermedades agudas o crónicas, deberán contar con supervisión médica, aunque es raro que con este método haya más dificultades que la falta de voluntad.
DIETA LIMPIADORA MASTER
Una limpieza muy purificadora ya que proporciona mucha energía en el proceso de limpieza, es esta dieta conocida también como “la dieta de la limonada”. Fue la primera limpieza que hice durante diez días y fue una pasada, además de que solo bajé 600 gramos de peso, mi objetivo no era perder peso sino limpiar mi interior.
La magistral fórmula es: dos cucharadas de soperas de zumo natural de lima o limón; 1 o 2 cucharadas de sirope puro de arce al 100 por cien, y de 1 a 10 cucharadas de pimentón, todo ello mezclado con 25 g de agua. Puedes ajustarlo a tu gusto, es frecuente encontrar el buen equilibrio de sabores: dulce, agrio y especiado.
El limón es un alimento perfecto para el hígado y un gran limpiador del cuerpo. De alto contenido en vitamina C, potasio y otros minerales, los limones son algo astringentes, lo que significa que contraen y estiran los tejidos, soltando y eliminando, por tanto, las toxinas de los tejidos y órganos profundos. El limón es bueno para aquellas personas que se aquejan de artritis y que limpian los espacios en las articulaciones. Esta fase de limpieza articular puede producir dolor, por ello es que los médicos y pacientes dejan de recomendarlo y consumirlo porque lo consideran inapropiado, pero esa irritación llega a un momento en el que se pasa y se siente una mejoría.
El pimentón ayuda a limpiar el cuerpo y elimina toxinas y mucosidades, además de mantenerlo caliente. El sirope de arce produce mucha energía maravillosa, y junto con la miel es un azúcar natural. Pero recuerda en esta dieta no se usa la miel, es el sirope.
Una o dos semanas no es un período particularmente largo, solo los tres o cuatro primeros días es más complicado por el tambaleo de la voluntad, pero una vez superados el hambre comienza a desaparecer.
Para eliminar toxinas con este sistema es importante mantener los intestinos en movimiento. Una cucharada dos veces al día de aceite de oliva obtenido por presión en frío es nutritivo, tónico hepático y buen lubricante intestinal.
Para aquellas personas que no hagan ascos, una lavativa de agua a temperatura corporal o té de hierba gatera resultará muy útil para limpiar el intestino bajo, pues esa hierba actúa como relajante de los músculos del esfínter y de cualquier espasmo de los intestinos bajos. Se hace el té echando una o dos cucharadas de la hierba en un litro de agua hirviendo, dejándolo enfriar hasta que alcance la temperatura del cuerpo, colándolo y mezclándolo con agua en la bolsa de la lavativa.
BAÑO INTERNO DE AGUA SALADA PARA LIMPIEZA INTESTINAL
Este baño interno vamos a hacerlo oral y no rectal, consiste en añadir un litro de agua templada a dos cucharaditas de sal marina (la cantidad puede variar de una persona a otra, y beber el litro entero al levantarse por la mañana). Las personas con tensión alta o tendencia al edema (hinchazón) deben tener cuidado con este método. No obstante este líquido debe estar en equilibrio con los líquidos del cuerpo, por lo que suele pasar a los intestinos sin que se produzca absorción de sal o agua. Las tripas deben evacuarse un par de veces en el período de una o dos horas posterior a haberlo bebido. Puede llevar esto a cabo todas las mañanas mientras hace la desintoxicación, ajustando el contenido de sal si es necesario.
Con esto me refiero a que si a pesar de los intentos evacúas muy poco, deberás añadir un poco más de sal la próxima vez; pero si evacúas demasiado y te quedas con mucha sed, es señal de que tienes que echar menos cantidad de sal la próxima vez.
Bebe un té laxante por la mañana y antes de acostarte. Puedes comprarte la mezcla ya hecha de té laxante, o hacerla tú, utilizando semilla de regaliz y semillas, como anís, hinojo y fenogreco. En unas cuantas tazas de agua añade una cucharadita de cada hierba y hiérvelo durante 10 o 15 minutos; luego deja reposar la mezcla bebiéndola caliente. Es un laxante suave.
Otras hierbas como la corteza de cáscara sagrada, hojas de sen o raíz de uva de oregón, ejercen un poder laxante más fuerte pero cuidado con esto si tienes problemas estomacales porque pueden producir calambres y dolores.
La menta y otros tés de clorofila resultan también agradables en estos días y te ayudarán a neutralizar los olores corporales.
Es importante también mantener la higiene de la piel y frotarla con un cepillo o esponja para eliminar las células cutáneas muertas y desprender las toxinas que fueron eliminadas por la piel.
Con respecto a la fase del ejercicio disfruta del buen tiempo para hacer aquellas actividades que te gustan. Descubrirás que esta fase de desintoxicación te potenciará tu parte más creativa y podrás aprovecharlo porque dispondrás de más tiempo. Si empiezas a notar cansancio, siéntate y respira, medita, siente, vive.
Para terminar el ayuno o la limpieza es importante que sigas unas pautas. En primer lugar, durante la limpieza, sobre todo en los primeros días no te alarmes si aparecen dolores de cabeza, mareos, a no ser que persistan o empeoren. Debes descansar si te sientes débil y beber tu limonada sin falta entre 6 y 12 vasos al día.
Básicamente escucha a tu cuerpo y saca esa sabiduría interior que todos tenemos dentro, en esta etapa de limpieza estarás mucho más conectado y conectada con tu Naturaleza. Si después de días de mucha energía regresas al estado de debilidad puede ser una señal para abandonar el proceso, y es cuando debes de tardar varios días en volver a los alimentos sólidos. Empieza por tomar zumos de frutas y verduras, como por ejemplo zumo de naranja mezclado con la misma cantidad de agua, zumo de manzana, de apio y zanahoria, etc. En el segundo día empieza a tomar caldo de verduras y puedes ingerir también el puré de esa verdura con la que has hecho el caldo. Y al tercer día introduce alimentos sólidos crudos como verduras y frutas. Con mucha lentitud introduce alimentos más pesados.
Solamente puedo decirte que disfrutes de estas sensaciones de limpieza interior y de los cambios que vas a sentir a nivel energético y mental. Si quieres compartir con nosotros tus experiencias limpiadoras solo tienes que escribirnos.